Demencia

Es un síndrome que puede definirse como un deterioro de las funciones superiores, entre ellas la memoria. Adicionalmente, las personas pueden presentar alteraciones psicológicas y del comportamiento, creando una discapacidad progresiva. 

La demencia interviene en la vida cotidiana del paciente, reduciendo su capacidad de realizar sus actividades diarias. El Alzheimer es una de las enfermedades más comunes que causan demencia.  También puede ser causada por un accidente cerebrovascular, problemas de tiroides y deficiencias vitamínicas.

Diversos estudios evidencian una prevalencia del 0.3% en el grupo la población de 60-69 años, 3.2% entre 70-79 años y hasta un 10.8% en personas de más de 80 años. Con frecuencia se refiere a la demencia como senilidad o demencia senil, lo que refleja una creencia extendida pero incorrecta de que el deterioro mental es una consecuencia normal del envejecimiento. 

Cabe recalcar que, las personas con demencia, son especialmente vulnerables a factores estresantes, tanto físicos como psicosociales, lo que puede precipitar o agravar su condición. Y como se mencionó con anterioridad, no es una dolencia normal del proceso del envejecimiento, sino que son provocados por procesos patológicos anormales de naturaleza genética o vascular, entre otros. 

Síntomas de la demencia

Los síntomas pueden variar según la causa, pero los más frecuentes son los siguientes:

  • Pérdida de la memoria. 
  • Dificultad para comunicarse y olvidar palabras. 
  • Deterioro de habilidades visuales y espaciales.
  • Dificultad para razonar o resolver problemas. 
  • Presentan dificultad para realizar tareas complejas. 
  • Pierden la capacidad de planificar y organizar.
  • Deterioro en la coordinación y funciones motoras. 
  • Confusión y desorientación.
Cambios Psicológicos
  • Cambios en la personalidad. 
  • Depresión. 
  • Ansiedad. 
  • Comportamiento inapropiado. 
  •  Paranoia. 
  • Agitación.
  • Alucinaciones. 
Diagnóstico de la demencia 
 
Para determinar si una persona ha sufrido un deterioro cognitivo, es necesario evaluar si se trata de un deterioro reversible o un deterioro progresivo. La evaluación necesariamente debe incluir estudios médicos, una evaluación neuropsicológica, una evaluación funcional para determinar la capacidad de realizar actividades como alimentarse, asearse, vestirse, etc. Es importante también realizar una evaluación afectiva para evaluar el estado de ánimo, para identificar si la persona esta presentando síntomas depresivos, o bien, alteraciones de la conducta. Por ultimo, es importante evaluar también la relación de la persona en su entorno social, para establecer los recursos sociales. 
 
Existen tres tipos de deterioro: 
  • Deterioro Cognitivo Leve.
  • Deterioro Cognitivo Medio o moderado. 
  • Deterioro Cognitivo Severo.
Cuando se habla de deterioro leve se hace referencia a la disminución exclusiva de la memoria. Esto quiere decir que la persona no reúne los criterios para diagnosticarlos con demencia. 
 
Complicaciones
 
La demencia puede afectar de gran manera a varios sistemas del cuerpo, por lo tanto, la capacidad de funcionar, causando lo siguiente: 
  1. Mala nutrición: se reduce la ingesta de alimentos o dejan de comer, lo que altera su consumo de nutrientes. En última instancia, es posible que no pueda masticar y tragar. 
  2. Neumonía: la dificultad para tragar les puede producir asfixia o aspirar alimentos a los pulmones, lo cual puede bloquear la respiración y causar una neumonía. 
  3. Pérdida de la autonomía: la persona se vuelve dependiente, conforme va avanzando la enfermedad, por lo que necesita ayuda para comer, vestirse, asearse en general, tomar medicamentos, etc. 
  4. Problemas de seguridad personal: la persona pierde facultades para conducir, cocinar, caminar y vivir solo, por lo que puede ponerse en riesgo si no se le mantiene bajo observación y cuidado constante. 
  5. Muerte: la demencia, ya en una etapa avanzada puede ocasionar un estado de coma y la muerte, a menudo por alguna infección.
Tratamiento 
 
  • Terapia no farmacológica: debe implementarse en todos los pacientes con demencia. Se debe hacer una evaluación integral para determinar el tipo de medidas que se tomarán para garantizar la mejor calidad de vida del paciente. Es importante trabajar en la capacitación de la familia o contar con el apoyo de personal capacitado. También se deben adecuar los espacios como los baños, la cocina y la habitación, para evitar accidentes. Algunas intervenciones no farmacológicas dirigidas por profesionales que han demostrado ser útiles para el tratamiento de la demencia son: 
  1. Musicoterapia. 
  2. Danza. 
  3. Fisioterapia. 
  4. Estimulación sensorial. 
  • Tratamiento Farmacológico: es importante tomar en cuenta si la persona que padece demencia, también presenta alguna otra enfermedad asociada, por ejemplo hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, Parkinson, diabetes y problemas osteoarticulares. Dichas enfermedades suelen asociarse con la demencia. Por otro lado las personas también pueden presentar alteraciones conductuales, emocionales, alucinaciones, delirios, síntomas psicóticos, alteraciones del sueño, entre otras, por lo que es importante que la persona lleve un acompañamiento psicológico y psiquiátrico que pueda ayudarlo a disminuirlos.  
Debido al deterioro progresivo que sufren las personas con demencia que, como se mencionó con anterioridad, afecta la autonomía y diversas facultades, en algún momento de la enfermedad, puede llegar a ser necesaria una residencia permanente, en la cual el paciente pueda recibir toda la atención y cuidados necesarios, ya que, necesitan a alguien que cuide de ellos, le administre sus medicamentos, procure su higiene y reciba un tratamiento integral, el cual este enfocado en terapias ocupacionales, psicoterapia y psiquiatría. 
 
Estefany Santa Cruz 
Psicóloga Clínica

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