Trastorno Bipolar Tipo II

Este trastorno se caracteriza por episodios de depresión mayor, así como al menos un episodio hipomaniaco. Los episodios de hipomanía no son tan fuertes, ya que no llegan a provocar alteraciones en la rutina del paciente y carecen de rasgos psicóticos.  

Para diagnosticar este trastorno, es necesario que se cumplan con los siguientes criterios en cada episodio:

Episodio hipomaniaco:

Un periodo bien definido de ánimo anormal y persistentemente elevado, expansivo o irritable. Pueden presentar un aumento de la actividad o de la energía, que dura como mínimo cuatro días consecutivos y está presente la mayor parte del día, todos los días. 

Durante este periodo de alteración del estado de ánimo y de energía, pueden observarse tres o más de los siguientes:

  1. Aumento de la autoestima o sentimientos de grandeza. 
  2. Disminución de la necesidad de dormir y no sentirse cansado. 
  3. Más hablador de lo habitual o presión para mantener la conversación.  
  4. Tienen la sensación de que sus pensamientos van muy rápido y fuga de ideas. 
  5. Se distraen con facilidad. 
  6. Aumento de la actividad dirigida a un objetivo, el cual puede ser social, laboral o sexual. 
  7. Participación excesiva en actividades que pueden resultar en consecuencias dolorosas. Por ejemplo: compras excesivas, inversiones imprudentes de dinero, indiscreciones sexuales, etc. 

El episodio se asocia a un cambio que no es característico del individuo cuando se encuentra estable, asimismo, estas alteraciones son fácilmente observables por terceros. Ya que el episodio no es tan grave, no causa alteraciones a nivel social o laboral.

Episodio de depresión mayor:

Al menos cinco de los síntomas siguientes han estado presentes durante el mismo período de dos semanas y representan un cambio del funcionamiento anterior; al menos uno de los síntomas es (1) estado de ánimo deprimido o (2) pérdida de interés o de placer:

  1. Estado de ánimo deprimido la mayor parte del tiempo, sentimientos de vacío o desesperanza, llanto o irritabilidad. 
  2. Disminución significativa del interés o placer por la mayoría de las actividades.
  3. Pérdida o aumento importante de peso o de apetito. 
  4. Insomnio o hipersomnia casi todos los días.
  5. Agitación o retraso psicomotor casi todos los días (observable por parte de otros, no simplemente la sensación subjetiva de inquietud o enlentecimiento). 
  6. Fatiga o pérdida de la energía casi todos los días.
  7. Sentimiento de inutilidad o culpabilidad excesiva o inapropiada (que puede ser delirante) casi todos los días (no simplemente el autorreproche o culpa por estar enfermo). 
  8. Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o de tomar decisiones, casi todos los días (a partir del relato subjetivo o de la observación por parte de otras personas). 
  9. Pensamientos de muerte recurrentes (no sólo miedo a morir), ideas suicidas recurrentes sin un plan determinado, intento de suicidio o un plan específico para llevarlo a cabo. 

Los síntomas causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento. 

El episodio no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia o de otra afección médica.

En este tipo de bipolaridad, la persona puede estar en riesgo cuando se encuentra en un episodio depresivo, ya que puede presentar ideas y comportamientos autolesivos o suicidas, por lo que es importante que reciba atención profesional. Lo ideal es que la persona este bajo observación, en un espacio y ambiente controlado. El paciente deberá acompañarse de un psiquiatra y un psicólogo que le puedan brindar un tratamiento adecuado para estabilizarse y así poder retomar su rutina.

 

Por Estefany Santa Cruz
Psicóloga Clínica 

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